¡ADVERTENCIA! Esta entrada contiene datos reveladores del
filme
Vértigo (1958) es
considerada como una de las mejores películas de la historia del cine
y como uno de los filmes más icónicos de Alfred Hitchcock.
Los que hayan visto la película sabrán que ésta
es una de las escenas más importantes (sino la que más) de la misma, ya que es la
primera vez que Scottie ve a Madeleine y, a pesar de que no mantienen
contacto visual en ningún momento, sabemos que ha surgido el amor entre
ellos dos, hecho clave para entender el devenir del filme.
Pasemos a analizar con detalle la escena. Scottie
ha aceptado el trabajo que su amigo Gavin le ha ofrecido de vigilar discretamente
a su esposa Madeleine y nos lo encontramos sentado en la barra del restaurante
donde su amigo y ella están cenando. Scottie gira la cabeza para buscar entre
las mesas dónde se encuentran cenando.
Lo primero que nos llama la atención de la secuencia es el
rojo intenso de las paredes y la manera en la que Hitchcock mueve la cámara.
Tal vez, hoy en día estamos habituados a ver ese tipo de movimiento, pero en la
época en la que se filmó la película, no era muy usual. Vértigo fue producida por la Paramount Pictures hacia el final de
la época del cine clásico y, una de las principales características de ese tipo
de cine era el montaje “invisible”, de tal manera que se buscaba que el público
no fuera consciente del flujo de planos o de la manipulación del espacio y
tiempo. Por lo tanto, lo habitual en este caso hubiera sido un primer plano de
la cara de Scottie mirando hacia las
mesas del comedor y un contraplano de Madeleine sentada en la silla
comiendo.
¿Qué hace Hitchcock? En lugar de cortar la
secuencia, realiza un travelling lateral
que conecta la mirada de Scottie con el abrigo verde de Madeleine, pero, si
observamos bien, no se trata de un travelling
“al uso”, ya que el movimiento de cámara no es el de una simple diagonal, sino
que primero va hacia arriba, luego va hacia atrás situándose en un plano general del comedor
y, finalmente, desciende para irse acercando a Madeleine lentamente entre las
mesas.
Este desplazamiento de cámara tan marcado no
es gratuito, tiene un sentido: hacernos partícipes de cómo se está sintiendo Scottie
al ir descubriendo a Madeleine. ¿Cómo nos hace partícipes? Cuando mueve la
cámara hacia atrás y se queda en un plano general del comedor, buscamos a
Madeleine entre todas las personas que aparecen en el plano de la misma manera
que Scottie lo está haciendo y, de entre todas ellas, hay una que destaca por
encima de todo por el fuerte contraste que hace su abrigo de color verde y su
pelo rubio platino (una de las obsesiones de Hitchcock). En ese momento,
inconscientemente se nos va la mirada hacia ella y la descubrimos a la vez que
nos acercamos mediante un travelling que
avanza lentamente entre las mesas intentando no ser sorprendido, acentuando,
así, esa mirada voyeur que también siente
el protagonista y que tanto obsesiona a Hitchcock en todas sus películas (a
destacar La ventana indiscreta).
Si a todo ello le sumamos la romántica, a la vez que misteriosa, música de Bernard
Herrmann, que toda la secuencia está filmada sin cortes y que la cámara empieza
en un primer plano de Scottie y acaba en ella comiendo, podemos interpretar que
ambos están conectados y predestinados a enamorarse.
Continuando con la escena, aquí podemos
observar como Hitchcock introduce un encuadre totalmente artificial como es el
del marco de la puerta, por lo tanto, tenemos a Madeline situada dentro de dos
encuadres, el de la propia cámara (el natural) y el de la puerta (el
artificial). Esto se puede interpretar de varias maneras, pero habiendo visto
la película se puede llegar a la conclusión de que son las diferentes capas que
Scottie tiene que atravesar para llegar a la verdadera Madeleine.
Si prestamos atención, a pesar de que en
ningún momento mantienen contacto visual, Madeleine se para justo detrás de él
y, de manera totalmente adulterada, la música y la luz se incrementan poco a
poco resaltando el color rojo intenso sinónimo de la pasión que empieza a
crecer entre los dos.
Para acabar, vemos como Madeleine se marcha
del restaurante levitando (nunca le vemos los pies) en un plano lleno de
encuadres artificiales que no hacen más que crear confusión del espacio por
donde ella se mueve. Con ello Hitchcock pretende acentuar esa aura fantasmagórica que desprende
su personaje a lo largo de la película y el desconcierto que ello crea en el
personaje de Scottie.
De esta manera hemos podido comprobar cómo
Hitchcock hace de una secuencia que sobre el guión no tiene mucha enjundia (en
resumen: Scottie mira hacia el comedor en busca de Madeleine, ella se levanta,
se cruzan sin mirarse y se marcha), un auténtico alarde del uso del lenguaje
cinematográfico —como es el
movimiento de cámara, el encuadre y la fotografía— para dejarnos ver, si se presta mucha atención, las claves de lo
que va a ser el filme sin utilizar ni una palabra de guión.
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Excelente descripcion y mejor explicacion. Gracias Adrian.
ResponderEliminarGrandioso análisis de la escena. Enhorabuena por el blog!
ResponderEliminarYo no entiendo mucho de esto, pero me ha gustado la explicacion. Firmado: Perral.
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